Gardel, que es propenso a la obesidad, siente desde hace tiempo viva preocupación sabiendo que el aspecto estético del físico gravita en buena medida su profesión de artista. Aspirando a bajar de peso asiste al local de la Y.M.C.A. (Asociación Cristiana de Jóvenes) de la calle Paseo Colón 161, y allí efectúa innumerables sesiones de gimnasia. Adolfo R. Avilés, que por entonces se desempeña en el lugar como pianista en las clases de ejercicios con acompañamiento rítmico recordaba en la revista Cantando N.º 168 del 21/6/60, el paso de Gardel por la Y.M.C.A. "...Fue el único que se sometió en parte a la rigurosa disciplina de las clases de gimnasia sueca. Concurría asiduamente por lo general en horas de mediodía, y en algunas veces practicaba sólo calistenia, particularmente con poleas. Antiguo gimnasio de calistenia por poleas (soportar el propio peso en anillas) Usaba una gruesa tricota blanca con cuello alto, que absorbía su generoso esfuerzo, tradu