El viejo Madero apoyó la cabeza en sus rugosas manos fuertes, sobre el escritorio del general Roca. Aquel 21 de diciembre de 1885 se acababa de retirar del despacho presidencial ese personaje que era Estanislao Zeballos, que había acudido a recabar del vicepresidente a cargo del Poder Ejecutivo algunos datos para escribir un trabajo sobre la revolución de los Libres del Sur en el diario La Prensa. Su memoria le hizo dar un largo recorrido. La revolución del Sur ¡Aquellas galopeadas, aquellos fríos, pajonal y pajonal, cañadón, escarcha y horizonte! Desde julio del 39 anduve recorriendo Monsalvo y los Montes Grandes para arreglar que la gente estuviera lista el día de la rebelión. Leguas y leguas a uña de caballo, con esos vientos que cortan la cara y vigorizan el espíritu, entre los espartillares y juncales del Tuyú, con el agua dando en las caronas, las patas encogidas para no mojarse. Lavalle le había escrito a Pedro Castelli, su antiguo compañero de armas, para que encabezara el alza
Manuel Prudant y Lajarrota nació en Buenos Aires el año 1800. Era tío del Gral José María Bustillo Prudant del que hablo en otra nota.
Fue fusilado en el Sorteo de Matucana (Perú) junto a Domingo Millán (tucumano).
Los realistas los habían tomado prisioneros en Vilcapugio y Ayohuma estando a las órdenes de Belgrano.
Otros dos presos se escaparon y como represalia los españoles dijeron que iban a matar dos presos al azar. Acá se dividen los relatos en si fueron sorteados y se ofrecieron a morir.
Lo que coinciden es que Millán no dejó de vociferar contra los realistas y en antes del fusilamiento dijo:
- ¡Compañeros, la venganza les encargo!
Y abriendo con furia su casaca, exclamó:
- ¡Al pecho! ¡Al pecho! ¡Viva la Patria!
Poco después la venganza se cumplió y no quedó un destacamento realista en toda América del Sur.
Cuando le llegó el turno a Prudant gritó:
- ¡Viva Buenos Aires!
Tenía 24 años. Buenos Aires homenajea a su joven héroe con la calle Tte Manuel Silvestre Prudan en el barrio de San Cristóbal.
En Pocitos, Tucumán, la calle Sorteo de Matucana recuerda este episodio.
En Matucana, Perú, se construyó un obelisco que recuerda el fusilamiento de estos dos mártires de la independencia americana.
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